Corría el año 2014 y yo trabajaba temporalmente en la agencia de publicidad de mi padre donde un dÍa (un poquito) al pedo chusmeaba Amazon en busca de una cámara profesional. Gasté feliz mi dinerillo en la nueva adquisición y a los minutos veo una foto en el grupo de wha de mis amigas. Mabel estaba en la oficina de TAM esperando su turno para comprar pasajes a Europa, en donde pasaría 3 meses en la casa de una amiga suya y luego lo pasaría viajando por un mes más. ¡¿WHAT!?. En ese mismo momento entre a Amazon de nuevo a solicitar un reembolso de dinero urgente; ya no quería la cámara, quería el viaje con ella, y ese era mi único dinerillo. Solucionado. Devolución exitosa. Compra de pasajes. Que comiencen los preparativos y la espera. Llegó al fin enero 2015 y me embarqué en la aventura de mochilear con una de mis mejores amigas por Europa durante 23 días. Recorrimos juntas Londres, Paris, Bordeux, Athenas, Amsterdam y Roma. Pero este post, es sobre mis 3 veces en Italia.
ROMA – Febrero 2015
Después de Londres, llegamos a Roma, una ciudad para mi bastante parecida a Buenos Aires, edificios altos, veredas anchas y clima gris (bueno, era invierno). Pero esa fue solamente la primera impresión. Para conocer realmente a Roma debes ir a sus barrios antiguos, como el Trastevere, locación en partes de la película «Comer, rezar, amar» que aunque muy cliché, me encantó debido a que me identifiqué mucho con la protagonista y su sufrimiento de sentir que lo tienes todo y aun así no sentirte conforme o feliz. Pero esa es otra historia. Allá estábamos, para disfrutar como Julia Roberts de la comida. Probamos varias pizzas pero lamento informar, que para mí, los italianos no son los mejores haciendo pizza, o sea,¿donde está el queso amigos?. Pero si son los mejores haciendo helados. FATAMORGANA era el nombre de la heladería que debíamos probar, fuimos y nos encontramos con sabores ultra-artesanales como: sandía, higo, vodka, tabaco, wasabi, mozzarella, etc.
Fontana di Trevi estaba en refacción por lo que no la vimos en todo su esplendor. Al Coliseo Romano no entramos porque carilla la entrada y Lau & Mabi estaban en modo: pobres mochileras. Pero sí conocimos en el hostal a una chilena que estaba viajando sola por el mundo, en ese momento una gran novedad para mi que una mujer viajara sola.
VENECIA – Agosto 2016
En las vacaciones de mi Maestría de Turismo en Barcelona decidí hacer algunos viajes sola y otros con amigos, después de 5 días sola en la bella Irlanda aterricé en Venecia y fui a parar a las afueras de la ciudad de los canales, más específicamente, a la zona de carpas de un gran camping. Este lugar tenía un supermercado, un restaurante, una piscina y casitas pequeñas para los más adinerados. Lo que no me gustó de Venecia es que está repleta y reventada de turistas por todas partes. Me hacía pensar que la ciudad perdió parte de su alma y personalidad gracias a esta situación. Esto parecía más una escenografía teatral perfecta con personas sacando fotos de todo, que un lugar de la vida real. Se dice (y se ve) que ya no hay autóctonos de Venecia viviendo alla y me imagino la razón, que insoportable puede llegar a ser no poder caminar tranquilo en tu barrio por tener que estar esquivando cientos de personas todo el tiempo. Por esto, y admirando la hermosura auténtica y misteriosa de este lugar metido en el agua es que no tengo palabras para expresar lo increíble que habrá sido vivir alla en epocas en que el turismo aun no llegaba.
POSITANO – Septiembre 2017
De Barcelona a Nápoles, para llegar a Positano, se realiza toda una travesía. Mi viaje seria de un lunes a un viernes. Pero no. Perdí el vuelo del lunes por llegar tarde, según Easyjet. Aqui mi excusa: llegue al check in 40 minutos antes de que saliera el vuelo, por que la aerolínea estaba bien metida en una terminal desconocida y no sabía muy bien que bus me llevaba hasta allá. El tiempo daba para llegar al avión, pero nope, no me dejaron y debía pagar 100 euros para cambiar el vuelo al del día siguiente. Hell no!
Un mejor plan era comprar un nuevo pasaje con Ryanair por 50 euros, para el día siguiente. Martes al fin, tomo el vuelo y llego al pequeñito aeropuerto de Nápoles. Primero, debía llegar a la Stazione Centrale de Napoli donde segundo, tomaría un tren de una hora hasta Sorrento y tercero, un bus de 40 minutos hasta llegar al fin a Positano.
Indicaciones para llegar a Positano, si vas:
- Desde el aeropuerto de Nápoles, a la salida, encontrarás un bus especial que va hasta la estación central de trenes por 4 euros.</li>
- En la estación de trenes, busca el logo que diga «Circumvesuviana» y síguelo.
- Cuando llegues, compra en boleterías un ticket de 4 euros aproximadamente a «Sorrento».
- El viaje durará 1 hora y cuando llegues debes tomar afuera de la estación alguno de los buses que digan «a Positano».
- Ese viaje será de aprox 40 minutos, muchas curvas, vistas preciosas, mar, montaña y mareos.
- Cuando llegues a la parada de Positano bajate (sin miedo pero con precaución) y camina hasta tu destino. ¿Por qué? Sin ningún tipo de vereda para el peatón, con una callecita angosta, doble mano y de curvas todo el tiempo, debes caminar hasta tu destino intentando que no te atropellen los autitos y las vespas.
Si quieres bajar a la playa luego descubrí que para eso están las (interminables) escaleritas. Cuando me encontré con mi amiga Nabila me comentó que comas lo que comas en Positano es imposible engordar con tanta subida y bajada de escaleras. Este pueblito es un cuento mágico y precioso desde donde lo mires y venir aquí hizo que valga la pena el trámite largo que debo realizar en España para conseguir mi nacionalidad europea.
Mi amiga paraguaya y ahora italiana (gracias a sus abuelos) vive en Positano hace casi 2 años con Luigi, su novio. Ahora además la acompaña su mamá y su adorable perrita. Trabaja en un local turístico y tiene una vespa con la que salimos juntas a pasear en su dia libre a Furore y Amalfi, bellezas costeras.
Encontré esta foto de Julia Roberts comiendo pizza en este local de Amalfi para la escena de Comer, Rezar, Amar. Si, Elizabeth Taylor y Pierce Brosnan también estuvieron aquí.